Famosos

Los raperos son víctimas de una epidemia de violencia armada, al igual que toda América

Añade el nombre de Takeoff, miembro del popular trío de rap Migos, a la siempre creciente lista de raperos, recientes y pasados, asesinados trágica y violentamente. La reacción inicial a la muerte a tiros de Takeoff, nacido Kirsnick Ball, el 1 de noviembre de 2022, fue culpar a la música rap y a la cultura del hip-hop. Las personas que se dedicaron a este tipo de chivo expiatorio sostienen que la violencia y la desesperanza de la música son la causa de la muerte de tantos raperos.

Incluso dentro de la cultura del hip-hop, las continuas tragedias violentas han llevado a algunos artistas, como Jim Jones y Fat Joe, a llegar a afirmar que el rap es la profesión más peligrosa y que los raperos son una especie en peligro de extinción. Es preocupante. Como rapea Lupe Fiasco en “On Faux Nem”, “los raperos mueren demasiado”.

Pero como artista de rap y académico, siempre me siento obligado a rebatir la idea de que la plaga de la violencia armada en Estados Unidos es exclusiva de la cultura del hip-hop o de la música de rap. Como profesor de la Universidad de Virginia, vivo en Charlottesville, un lugar que recientemente ha sido asediado por la violencia armada. Al igual que muchos lugares del país, la ciudad ha visto un aumento de los tiroteos, y en la noche del 13 de noviembre de 2022, el campus universitario fue bloqueado durante 12 horas, con estudiantes, profesores y miembros de la comunidad refugiándose en su lugar mientras la policía buscaba a un hombre armado que disparó a cinco personas, matando a tres. Durante el cierre y durante los días posteriores, no paré de buscar actualizaciones en las redes sociales. Mi teléfono no dejaba de recibir mensajes de texto y notificaciones de emergencia de la universidad.

Me encontré participando frenéticamente en un ritual demasiado familiar para demasiados estadounidenses: leer los mensajes de texto y las alertas y desplazarme por el teléfono en busca de noticias. Parte de este ritual, también, era enviar a los estudiantes un mensaje para hacerles saber que estoy disponible para hablar o escuchar o tratar de responder a las preguntas. Compartí los números y los enlaces a los servicios de asesoramiento profesional que ofrece la universidad.

El bloqueo se levantó el 14 de noviembre, poco después de que la policía detuviera al sospechoso del tiroteo en el campus. Ese mismo día, se detuvo a otro hombre en Charlottesville por “mensajes preocupantes y amenazantes en las redes sociales” contra la universidad. El hombre, un delincuente convicto, fue detenido por varios cargos de armas y posesión de una sustancia controlada.

Noticias por país

Elton John se lanza a la jubilación en el Dodger Stadium

Cuarenta y siete años después de subir al escenario del Dodger Stadium de Los Ángeles con un uniforme de béisbol repleto de lentejuelas como la mayor estrella del pop del mundo, Elton John subió al mismo escenario el domingo por la noche con un albornoz deslumbrante de los Dodgers, un uniforme más apropiado para un hombre de 75 años a punto de jubilarse.

La multitud de más de 50.000 personas rugió en el momento que se produjo en los últimos minutos del último concierto en Norteamérica de una gira que, según John, será la última. “Quiero pasar tiempo con mi familia porque el año que viene cumpliré 76 años, dijo. “Quiero traerlos y mostrarles por qué me retiro”. Abrazó y besó a su marido, David Furnish, mientras sus dos hijos, Zachary, de 11 años, y Elijah, de 9, vestidos con chaquetas a juego de los Dodgers en las que se leía “Elton” en la espalda, saludaban alegremente al público.

A continuación, John interpretó “Goodbye Yellow Brick Road”, la inevitable canción final que dio nombre a la gira “Farewell Yellow Brick Road”. El público, lleno de hombres y mujeres cohete, de bebés de vaqueros azules y señoras de Los Ángeles, muchos de ellos de la edad de John, pero muchos de 20, 30 y 40 años, se balancearon y cantaron como lo habían hecho a lo largo de las dos horas de espectáculo durante canciones como “Rocket Man” y “Tiny Dancer”. Algunos se enjugaron las lágrimas. Muchos llevaban sus propias lentejuelas y lentejuelas, gafas brillantes, sombreros de copa, boas de plumas y, en algunos casos, trajes del Pato Donald, que representaban etapas de los 55 años de carrera de John.

“Gracias a todos por disfrazarse”, dijo John, “me hace muy feliz cuando lleváis los disfraces más fantásticos”.

Cuando terminó la última canción, John se despojó de la bata y dejó al descubierto otro traje de jubilado, un chándal verde y rojo, y subió a un pequeño ascensor transparente que lo elevó hasta una abertura en el telón de fondo. Entonces se le pudo ver en una pantalla de vídeo gigante caminando por un camino de baldosas amarillas en la distancia.

Festivales

Måneskin duplica las fechas de San Siro y Roma tras agotarse en Milán

Pocos días después de su nominación en los premios Grammy en la categoría de “Mejor Artista Nuevo”, Måneskin anuncia un lleno total en San Siro para su espectáculo en directo el lunes 24 de julio de 2023, y duplica sus fechas en estadios con dos nuevas fechas en el Stadio Olimpico de Roma el viernes 21 de julio y en el estadio San Siro de Milán el martes 25 de julio. Las entradas para las nuevas fechas estarán disponibles en línea a partir del sábado 19 de noviembre a las 11 horas y en todos los puntos de venta autorizados a partir del jueves 24 de noviembre a las 11 horas.

La banda acaba de recibir una nominación en la categoría de Mejor Artista Nuevo en la 65ª edición de los premios Grammy, que se celebrará en Los Ángeles el 5 de febrero de 2023. También está nominada en la categoría de mejor banda sonora recopilatoria para medios visuales la banda sonora original de la película Elvis, en la que colaboraron con la canción If I Can Dream.

Victoria, Damiano, Thomas y Ethan están disfrutando de un año lleno de grandes éxitos a escala internacional, y estos nuevos e importantes premios llegan después de que hayan desvelado la fecha de lanzamiento de Rush!, el esperadísimo nuevo álbum, que saldrá a la venta el 20 de enero de 2023, y mientras la gira Loud Kids está en marcha. La gira mundial comenzó en Ciudad de México y está tocando en las principales ciudades de Estados Unidos y Canadá, antes de regresar a Italia el 23 de febrero de 2023 y hacer paradas en toda Europa. Hasta ahora, de un total de 57 fechas, la gira ha agotado las entradas en 41 ocasiones, incluyendo Londres, París y Nueva York, además de las paradas ya pasadas en Los Ángeles y San Francisco.

Måneskin deleitó a sus fans con una muestra de Rush!, presentando Kool Kids, un potente tema punk inédito, en directo en los primeros escenarios de la gira. El álbum también fue precedido por The Loneliest, el nuevo single lanzado el 7 de octubre, que -además de ser certificado como oro en Italia- entró en el Global Top 50 de Spotify en la posición #44, en el Global Top 200 de Billboard en la posición #75, fue la nueva entrada más alta en el Top Songs Global Chart de Spotify, y debutó en el #1 de la lista de singles FIMI durante la semana 41.

La banda también obtuvo cuatro nominaciones a los American Music Awards en las categorías de “Artista Revelación del Año”, “Artista de Rock Favorito”, “Canción de Rock Favorita” y “Dúo o Grupo de Pop Favorito”, habiendo ganado ya en los Billboard Music Awards por “Canción de Rock Superior”, en los iHeartRadio Music Awards por “Mejor Artista Alternativo Nuevo” y en los MTV VMA’s en la categoría de “Mejor Vídeo Alternativo”. Actualmente cuentan con 300 certificaciones en todo el mundo, con 18 discos de diamante, 235 de platino y 47 de oro, Maneskin siguen dejando una huella indeleble en la escena internacional con una actitud poco frecuente en la escena contemporánea, y están preparados para calentar los escenarios de todo el mundo con una nueva música electrizante.

Noticias por país

‘La autopsia’, la mejor serie de la semana: a veces un episodio lo cambia todo

El episodio de David Prior para la galería de ‘curiosidades’ de Guillermo del Toro recupera el talento casi olvidado del mexicano.

Me pregunto si lo que pienso hacer en el texto que está usted leyendo es legal: voy a recomendar un episodio de una serie casi ignorando que hay otros siete alrededor. Me dijeron que en esta sección podía ser libre y yo he decidido explorar esa libertad. Algo así le debió de decir Guillermo del Toro a Netflix cuando preparaban El gabinete de curiosidades de Guillermo del Toro, la serie que el creador mexicano controla y apadrina.

Cual Alfred Hitchcock del siglo XXI, Del Toro presenta en persona cada episodio. Se trata de historias independientes unidas por un concepto común: ese gabinete de curiosidades que el director de La forma del agua actualiza y convierte en un catálogo de relatos de terror y misterio. La vitrina que expone rarezas exóticas y misteriosas muta en serie de televisión antológica en la que cada episodio tiene un equipo creativo distinto.

Se nota sin embargo que esos directores y guionistas, de Jennifer Kent a Panos Kosmatos, de David S. Goyer a Regina Corrado, se han ajustado a lo que podríamos llamar “el universo Del Toro”. Quizá demasiado. Duele un poco ver al siempre perverso Vincenzo Natali plegarse a la imaginería sanguinolenta pero infantiloide de Del Toro, que con la excusa creativa del “niño interior” (y la necesidad de que sus películas sean para todos los públicos) hace tiempo que no hace cine adulto.

Por eso se agradecen dos pequeños actos de llámalo libertad o llámalo rebeldía de dos de los directores de El gabinete de curiosidades de Guillermo del Toro: Kosmatos y, sobre todo, David Prior. Cualquiera que haya visto la fascinante The Empty Man: El mensajero del último día sabe que Prior es perfecto para este proyecto. También que sabrá cumplir sus dos requisitos: ser “fiel” a Del Toro y marcar su propio territorio. La autopsia es el episodio que David Prior dirige, sobre un guion de David S. Goyer que a su vez adapta un relato de Martin Shea.

Su retorcido cuento centrado en, efectivamente, una autopsia, se convierte en manos de Goyer y Prior en una exquisita asquerosidad capaz de saltar del gore a la metafísica en dos planos. Con un F. Murray Abraham sensacional y un sorprendente Luke Roberts, este episodio es quizá lo que Guillermo del Toro firmaría si no se hubiese convertido en una máquina de hacer dinero para Hollywood. Es posible que cuando a Prior le entreguen una superproducción de 250 millones de dólares se acaben las sobradas de La autopsia, imágenes e ideas que jamás habría imaginado yo en Netflix, plataforma cada vez más alejada del contenido no apto para niños.

Tiene gracia que sea Guillermo del Toro el que, por la puerta de atrás, nos haya colado algo tan diferente y estimulante. Asqueroso también, pero si uno se pone un episodio titulado La autopsia no sé si puede quejarse después de que ha visto sangre y vísceras. Y a F. Murray Abraham en pelotas. Lo siento, tenía que hacer el chiste. Llámalo libertad o llámalo mal gusto.

Famosos

María Nicolau, la salvadora de la patria culinaria: “Pon otra vez la olla en el centro”

‘Cocina o barbarie’: así se titula el vehemente alegato de la cocinera contra el analfabetismo gastronómico. Su libro combate tanto la pereza como el postureo

“Olvidamos que si no comemos nos morimos”. Con planteamiento tan simple arrancó María Nicolau (La Garriga, 1982) la presentación en Madrid (librería A Punto) de la esperada traducción al castellano de su Cocina o barbarie (Ediciones Península), libro cuya versión en catalán se ha convertido en menos de un año en fenómeno editorial.

“Hace tanto que no nos morimos de hambre…”, prosigue dejando claro que no le cuesta provocar. El libro nace de esta estupefacción personal, si bien ella no es escritora sino cocinera en El Ferrer de Tall (Vilanova de Sau, Barcelona), además de hacer de las suyas en Catalunya Ràdio. Pronto, esta chica menuda y huesuda (“Es que gasto mucho”), con moño y botas camperas, se revela como oradora apasionada. Entre sus dotes de monologuista, mezclar la beligerancia con la ensoñación, el alegato con la ternura.

María sabe retratar: cuántos se pueden sentir reflejados en la imagen de alguien que se planta frente a su despensa incapaz de resolver el jeroglífico sin instrucciones precisas. Menos recetario y más inventario, viene a decir. Más fuego y menos Netflix. Ella no tiene tele, es lectora voraz: “M. F. K. Fisher es la gran asignatura pendiente en España porque la gastronomía se ha considerado un género menor para amas de casa, pero tiene una obra total y universal. Fue coetánea de Faulkner y Hemingway y les da mil patadas. Esa señora debería tener el Nobel”.

Cocina o barbarie opera como reflexión poliédrica, así lo introdujo Jorge Guitián, divulgador gastronómico encargado de la presentación. Nos hemos acostumbrado a enfocar el hecho culinario como algo excepcional, lúdico, aspiracional y nos olvidamos de su base más profunda: servir de alimento diario. Junto a la sexualidad es la función fisiológica que hemos ido llenando de contenido. Cocinar es factor civilizador, nos hace libres. Sin embargo, cuando todo parece estar conectado con la alimentación, cocinamos mal o, directamente, no cocinamos. “Ya no podía callarme”, declara María ante la necesidad de este desahogo. “Sois mucho más listos. Solo pido levantar un poco la cabeza”.

Al tiempo que ella levanta el puño aferrando una cuchara de palo (imagen de portada), señala con el dedo al analfabetismo gastronómico. “Hay gente con dos postgrados que no sabe hacer un huevo frito. Cómo nos alimentamos configura el mundo en el que vivimos. No podemos sentirnos orgullosos ni decidir no influir. Esa es la revolución, cambiar cosas. Cocinar tiene poder”.

Cabe preguntar si acaso somos complacientes en exceso con el fenómeno gastro actual. “La cocina de restaurante y la de casa son dos disciplinas diferentes, no es el mismo hambre”, señala. “¿Cuáles han sido nuestros referentes en la cocina los últimos veinte años? Una máquina de generar ansiedad“. Desconexión con el hogar y demasiada producción forman parte de la denuncia. Ante sentirnos ametrallados por la perfección, la exigencia y la belleza, María aboga por relajar lo heroico.

Que su discurso no sea mainstream no equivale a disidencia antisistema: le llueven alabanzas de la crítica como salvadora de la patria culinaria, y es bendecida por sus colegas más mediáticos y estrellados como Joan Roca o, prólogo incluido, casi un imposible, David Muñoz. Sí cuestiona modas precocinadas por la industria alimentaria: “¿Quién patrocina nuestros oficios? Nosotros o nadie. Os duele que la pesca se pierda, qué patrimonio, qué tradiciones, pero luego vais al súper a comprar salmón. ¿Quién ha visto un salmón remontando los ríos de España? ¡Y estáis dispuestos a pagar por ello!”, brama respecto a las piscifactorías. No es contraria al cosmopolitismo sino al seguidismo.

PONER OTRA VEZ LA OLLA EN EL CENTRO

La lista de la compra enciende otra reprimenda: “No se puede salir comprado de casa”. Tiene que ver con una pereza que, según la chef, nos esclaviza y nos hace bárbaros hasta el extremo de no importarnos comer “cualquier mierda” mientras lleve suficiente cantidad de azúcar. La excusa de no tener tiempo, desmontada en el pasaje de las alubias en remojo: “Tómate diez minutos y pon otra vez la olla en el centro para que vuelva todo a tener sentido. La cocina requiere tiempo. Ella, no tú. Y si no tienes algo no lo pongas, ahí comienza la creatividad”.

Incontenible, María vislumbra un futuro combativo: “Habrá más libros. Por ahora es difundir la palabra, que pase de boca en boca. Un líder no es nadie si nadie le sigue. La revolución es de la gente, no mía, fardar de hacer crema de calabacín”. Como francotiradora, no teme granjearse enemigos en un mundo salvaje: “Nadie me ha conocido nunca, he pasado media vida comiendo patatas y arroz, y he llegado aquí gracias a mi trabajo. No tengo miedo y si dejo de ser yo, ¿quién lo va a ser? Cuando sea mayor quiero una casita en el campo, un huerto y gallinas”.

La respuesta a ‘Cocina o barbarie’ explica que hay quien espera otros liderazgos. Una sociedad ensimismada con los talent shows y el aguacate también puede estar madura para que cuajen mensajes alternativos. “Si plantas una semilla en una tierra que no es fértil no va a echar raíces. Este es un libro de cocina que no es un tostón, que se puede leer salteado como los cuentos, seguido como una novela y con un índice analítico útil. Cuando se llega a la última página mi intención era decir: ¡Sé cocinar, me siento capaz pero no sé cómo ha pasado!”

El primer capítulo lo dedicó a la zarzuela, un clic sentimental homenaje a las mujeres con las que desaparecerá este plato alegre y popular. Un día, unos chavales fueron al restaurante y reclamaron la presencia de la cocinera. Querían enseñarle la zarzuela que habían preparado entre todos. “Eso es ganar”. Su revolución en marcha.